martes, 3 de mayo de 2011

Sólo para Músicos

Algunos de ustedes ya saben, pero otros no, así que les cuento:

Hace ya muchos años que vivo rodeada de músicos de distintos géneros, ya sean bandas o solistas, cantantes o instrumentistas.
En este contexto y un poco por deformación profesional, me resulta inevitable observar las conductas corporales que cada uno adopta antes, durante y después de la escena, tanto de grabación, como del escenario mismo. En algunos casos, dicho por ustedes mismos; en otros casos, simplemente porque salta a la vista, el cuerpo va creando una serie de compensaciones que tienen que ver con las asimetrías que se generan al tocar, por ejemplo, un instrumento en donde hay un hombro, un codo, una muñeca, una falange que trabaja más que el/la otro/a. De esa manera, algunos músculos empiezan a trabajar más de la cuenta. Empiezan a "hacerse cargo" de un montón de tareas que, además, son siempre repetitivas, lo cual les demanda un exceso de tono y, por lo tanto, se acortan y se enrigidecen. Como consecuencia, estos acortamientos musculares devienen en molestias, dolores (musculares y articulares) y limitación del movimiento. El cuerpo empieza a modificar su postura para adecuarse al instrumento, lo cual, si bien desde un punto de vista podría resultar sumamente valioso para un artista - la idea del cuerpo a disposición del instrumento -, tiene un costo muy alto para nuestro sistema músculo-esquelético. A la larga, la suma de tensiones y acortamientos termina por interferir en la performance del músico - en algunos casos, incluso derivando en tendinitis o patologías más severas -, quien se encuentra ante el desafío de regular el tono muscular que va a usar para ofrecer diferentes matices, colores, calidades de sonido, sea cual fuere el instrumento, incluida la voz, por supuesto.

Al tener la posibilidad de trabajar en vivo y en directo con músicos, he corroborado que:
  • Aprendiendo a regular el tono muscular (relajar o contraer la musculatura voluntariamente)
  • Ampliando la conciencia corporal
  • Alineando la estructura ósea
  • Trabajando puntualmente sobre los lugares que presentan mayor tensión
  • Integrando al trabajo la respiración
  • Mejorando los apoyos (de los pies, si estás parado; de los isquiones si estás sentado)
  • Ampliando la movilidad articular
Se puede:
  • Lograr que el cuerpo esté más disponible
  • Equilibrar las diferencias de tono que pueda haber por compensaciones musculares inadecuadas
  • Aliviar dolores o molestias
  • Prevenir futuras lesiones
  • Perfeccionar la técnica, sea cual fuere la que el músico haya elegido aplicar en la ejecución de su instrumento
  • Mejorar notablemente la performance tanto en estudio como en vivo
A raíz de todo esto, decidí diseñar un proyecto especial para músicos. La propuesta es trabajar en profundidad  y teniendo en cuenta las inquietudes que puedan surgir en esta materia. El trabajo puede realizarse de manera individual, pero también es interesante en el caso de las bandas/conjuntos promover el proceso grupal, de manera tal de ir creando una rutina, aplicable antes de subirse al escenario o de entrar a grabar a un estudio.

Me permito recordarles, a riesgo de ser redundante, que quien hace música es, no sólo ejecutor, sino también instrumento. Aprendan a afinar su cuerpo y serán mejores músicos!

Dalila Yentel
Directora
POSTURALMENTE

Para consultas por clases: posturalmente@gmail.com
http://posturalmente.blogspot.com/