¿El deporte al servicio
del cuerpo o el cuerpo al servicio del deporte?
Es muy frecuente escuchar que
aquellas personas que practican algún deporte, tienen un mejor estado físico. Sin
duda, la práctica frecuente de un deporte mejora el sistema cardio-respiratorio,
mejora el sistema digestivo, previene (o reduce) la hipertensión arterial y aporta innumerables beneficios a nuestra
calidad de vida.
Sin embargo, al mismo tiempo, es
igualmente frecuente escuchar que quienes practican algún deporte suelen sufrir
de lesiones durante la práctica del mismo. Muchas veces, estas lesiones son
relativizadas y entonces el deportista vuelve a la carga con su codo de
tenista, su ciática, su tendinitis de bíceps, anestesiado por algún analgésico
que le permite realizar la actividad sin problemas aparentes. Como el síntoma
no mejora, si no que por el contrario, se incrementa, la fórmula del analgésico
y a veces una rápida rutina de precalentamiento, pasan a ser la receta de
cabecera. En muchos de estos casos, no hay consulta al médico hasta que el
dolor se hace realmente insoportable y ya ni siquiera el analgésico logra
taparlo.
Pero vayamos al punto de interés:
¿qué es lo que ocurre mientras tanto en el resto del cuerpo? Ocurre que cuando
un músculo no puede ejercer su función correctamente (ya sea porque esté
agotado, debilitado o lesionado), otro viene en su reemplazo. Esta función es
involuntaria, eso significa que aunque nosotros queramos evitarlo, nuestro
sistema neurovegetativo decide, en base a lo que considera que es más económico
en cuanto a gastos de recursos, quién ocupará esa función. Cuando esto sucede,
entonces, todo nuestro organismo está realizando una serie de compensaciones
musculares encadenadas, ya que cuando un músculo tiene que ocuparse de realizar
una tarea que no es originalmente la suya, es más que seguro que también
sufrirá consecuencias, se volverá más tónico y por lo tanto, más corto, lo cual
generará limitación en el movimiento y por lo tanto, si seguimos la cadena,
será otro músculo quien venga a socorrerlo cuando no dé abasto con el
movimiento que se propone llevar a cabo. En este proceso de compensaciones,
naturalmente se producen cambios en la morfología ósea. Si el deporte es
asimétrico, no tardarán en hacerse notar las asimetrías en el deportista (en
ese sentido, el tenista no es muy diferente del violinista).
Esta problemática ha sido el
punto de origen (luego lo ampliaría al público en general) para la creación del
Stretching Global Activo. Ph. E. Souchard ideó un método centrado en un sistema
de cadenas musculares y sus compensaciones (ya abordado anteriormente por
Mézières). A través de estos ejercicios, los músculos recuperan su función
original y deja de ser necesario el trabajo de aquellos que estaban supliendo a
otros. Se trata de estiramientos globales: la globalidad nos permite abordar el
conjunto de cada cadena muscular, en vez de estirar sólo un segmento de ella.
Dalila Yentel
Directora
POSTURALMENTE
Dalila Yentel
Directora
POSTURALMENTE
Para consultas: posturalmente@gmail.com