Antes de correr al gimnasio, ¿pensaste en tu
postura? ¿Sabías que cuando mejorás la alineación de tus huesos y
ordenás el tono muscular, tu cuerpo se estiliza?
¡Hacé la prueba! Paráte de frente al espejo y observáte (altura, forma, de qué modo estás parado/a), luego ponéte de perfil al espejo con los pies ligeramente separados y bien apoyados: basculá tu pelvis hacia delante y hacia atrás varias veces como lo indica la imagen. Luego, intentá dejar la pelvis perpendicular al piso. Cuando lo hayas logrado, chequeá que la parte posterior de tus costillas y tu cabeza estén en la misma línea que el sacro (el hueso que está al final de tu columna, podés acompañar con tu mano para sentirlo). Por último, con una exhalación, desplegá suave y mínimamente los hombros hacia atrás, sin modificar todo lo anterior. Al finalizar, chequeá que no estés usando fuerza demás para sostener la posición (glúteos, abdomen, cuello). Luego de hacer varias respiraciones tratando de sostener la alineación, ponéte de frente al espejo nuevamente y observá. ¿Qué ves?
¡Hacé la prueba! Paráte de frente al espejo y observáte (altura, forma, de qué modo estás parado/a), luego ponéte de perfil al espejo con los pies ligeramente separados y bien apoyados: basculá tu pelvis hacia delante y hacia atrás varias veces como lo indica la imagen. Luego, intentá dejar la pelvis perpendicular al piso. Cuando lo hayas logrado, chequeá que la parte posterior de tus costillas y tu cabeza estén en la misma línea que el sacro (el hueso que está al final de tu columna, podés acompañar con tu mano para sentirlo). Por último, con una exhalación, desplegá suave y mínimamente los hombros hacia atrás, sin modificar todo lo anterior. Al finalizar, chequeá que no estés usando fuerza demás para sostener la posición (glúteos, abdomen, cuello). Luego de hacer varias respiraciones tratando de sostener la alineación, ponéte de frente al espejo nuevamente y observá. ¿Qué ves?